Existe una amplia variedad de tipos de Glaucoma, esta entrada del Blog habla de uno en particular, el Glaucoma de Ángulo Cerrado y de su prevención.
Para poder entender el Glaucoma de Ángulo Cerrado debemos empezar a ver el ojo como un sistema cerrado, como un contenedor flexible. El ojo humano está constantemente produciendo un líquido llamado humor acuoso. Este humor acuoso sirve para mantener al "lleno", es decir con un volumen y tono adecuado, ayudando a mantener su forma y también que tenga una buena visión. Siendo este un sistema cerrado con una producción constante de líquido en su interior, se requiere también una vía de drenaje para que uno aumente la cantidad de líquido y presión del ojo hasta un punto crítico y dañino. Esta vía de drenaje se llama malla trabecular o trabéculo.
Este sistema de drenaje se encuentra en el ángulo que se forma entre la córnea (cúpula transparente anterior del ojo) y el iris (parte del color del ojo). Cuando el ángulo formado por estas dos estructuras es demasiado estrecho hablamos de un ángulo ocluíble o sospecha de cierre angular primario. Un ángulo estrecho nos pone en riesgo un aumento de la presión intraocular debido a dificultad del flujo de salida. Esto puedo desencadenar una de dos situaciones, un ataque de glaucoma de ángulo cerrado agudo o desarrollar con el paso del tiempo un glaucoma de ángulo cerrado crónico.
Un ataque de glaucoma cerrado agudo es doloroso, produce mucha sintomatología como visión borrosa, náusea y vómito. Puede aparecer de la nada en personas con ángulos estrechos ante estímulos como la lectura o cambios en la iluminación del ambiente. Desafortunadamente, el glaucoma agudo puede producir una pérdida severa e irreversible de la visión en cuestión de horas. Es una de las pocas urgencias oftalmológicas que requieren atención y resolución inmediata.
Los ataques de glaucoma agudo en pacientes con ángulos estrechos pueden prevenirse mediante un sencillo procedimiento láser, las iridotomías. Las iridotomías consisten en hacer pequeños orificios con láser en el iris para permitir que el líquido pueda fluir de manera adecuada. Esto es un procedimiento que lleva alrededor de quince minutos y se realiza en el consultorio con un equipo láser especial; no requiere entrar a quirófano.
Otra opción para abrir un ángulo cerrado es realizar una cirugía de catarata en los pacientes que ya cuentan con una o son mayores de 50 años y tienen algún tipo de graduación.
El glaucoma crónico de ángulo cerrado no produce síntomas para sí un daño progresivo e irreversible de la visión que avanza a lo largo de varios años sin que el paciente lo note. Lo anterior se debe a períodos intermitentes de elevación de la presión intraocular que van dañando lentamente el nervio que lleva la información visual del ojo al cerebro. El glaucoma crónico también puede prevenirse a veces con iridotomías o cirugía de catarata para mejorar la circulación, sin embargo cuando el cierre de este sistema de drenaje ha sido por tiempo prolongado puede dañarse permanentemente y requerir algún otro tipo de manejo médico o quirúrgico.
Finalmente, cabe mencionar que el principal manejo de cualquier tipo de glaucoma es su prevención, detección oportuna y manejo temprano, por lo que es importante acudir a revisión con un oftalmólogo una vez al año para poder detectar cualquier dato de algún tipo del mismo. El glaucoma, como conjunto de sus subtipos, es la principal causa de ceguera irreversible a nivel mundial.