Lo primero es lo primero, platicar y conocernos. El paso inicial de cualquier consulta con el oftalmólogo es presentarnos y saber cuál es el motivo de tu consulta. Entender al 100% cuáles son los síntomas o molestias que experimentas haciéndote algunas preguntas con respecto a ellos.

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Posteriormente vamos a platicar acerca de tu estilo de vida, enfermedades y cirugías previas, medicamentos que tomas y cualquier factor que consideremos importante para tu salud. Te preguntaré de cualquier antecedente de enfermedad, tratamiento, cirugía o láser en tus ojos.

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Pasamos en seguida a la revisión de tu visión, determinar si pudiera mejorar con lentes y ver qué graduación necesitarías.

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A continuación te reviso en la lámpara de hendidura, que es básicamente un microscopio de muchos aumentos. Este aparato me permite revisar minuciosamente las estructuras externas e internas de tu ojo. En caso de ser necesario te dilataré la pupila para poder valorar más a profundidad la retina, el llamado "fondo de ojo".

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Paso siguiente es tomar tu presión ocular. Esto se hace con un pequeño dispositivo que toca tu ojo. Claro, tu ojo está previamente anestesiado.

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Una vez terminada la revisión te explico lo que encontré, qué significa, y cuál es la mejor manera de darle tratamiento, el cuál será personalizado.